[ mmm ... ]
.tornasoleada.habla.
tomando transportes iguales, dirigiéndonos a rumbos distintos, aun así terminamos llegando al mismo sitio…
atravesamos la jungla del smog, los extranjeros, los migrantes y los vendedores callejeros, mientras la sombra de una incógnita -no muy desconocida- nos perseguía...
las sonrisas develaban la respuesta mas evidente que aún estando a medio despertar estaba tan latente en el silencio…
se propuso un café que se pospuso varias calles, pero mantenía el mismo propósito: vociferar obvias respuestas a unos oídos que esperaban oir lo que escucharon…
nos resguardamos en un sillón que convirtió la cobardía en arrojo, riesgos se tomaron, se inmiscuyeron en el azaroso juego del futuro y sus devenires…
nuestras bocas se encontraron - ¿se quisieron con dolor? - revirtiendo lo que un día plasme en papel electrónico…
todo quedó como debía estar…
satisfechos y pensativos salimos de ese lugar – nada extraño para mí – desconocido para él…
yo, con la mente y el corazón ligero, él con un motivo - ¿imperecedero? – de felicidad…
regresamos a la selva, pero no a ésa en la cual vive él – una llena de palmeras artificiales y recuerdos construidos por rostros familiares – regresamos a la jungla donde día a día miles de mundos conviven en un mismo espacio y en un mismo tiempo – se codean, se observan entre ellos y de cuando en cuando una sonrisa ilumina alguno - …
transitamos las calles hasta llegar a su destino - ¿sería ese en realidad el destino que le pertenece? - él se despidió, yo caminé hasta la esquina sintiéndome agobiada por la pestilencia de algunos humos de dudosa procedencia…
así nuestras miradas coincidieron nuevamente, él trepado en una carcacha publica, yo parada en una esquina esperando luz verde para poder avanzar…
así seguí mi camino, entre miradas acechantes y tatoo shops…
andando por el sendero de las heces fecales expuestas al aire libre, un camino ya cotidiano para mi…
terminé siendo como Amélie Poulain…
solo que sin ese amor puro e inocente, producto de la mera causalidad - ¿casualidad o destino? – o tal vez terminé siendo como Momo – como él dice -, conciliadora incansable de esta <<>>…
como sea, yo trepada en mi respectiva carcacha pública esperando llegar algún día a mi utopía parisina…
tomando transportes iguales, dirigiéndonos a rumbos distintos, aun así terminamos llegando al mismo sitio…
atravesamos la jungla del smog, los extranjeros, los migrantes y los vendedores callejeros, mientras la sombra de una incógnita -no muy desconocida- nos perseguía...
las sonrisas develaban la respuesta mas evidente que aún estando a medio despertar estaba tan latente en el silencio…
se propuso un café que se pospuso varias calles, pero mantenía el mismo propósito: vociferar obvias respuestas a unos oídos que esperaban oir lo que escucharon…
nos resguardamos en un sillón que convirtió la cobardía en arrojo, riesgos se tomaron, se inmiscuyeron en el azaroso juego del futuro y sus devenires…
nuestras bocas se encontraron - ¿se quisieron con dolor? - revirtiendo lo que un día plasme en papel electrónico…
todo quedó como debía estar…
satisfechos y pensativos salimos de ese lugar – nada extraño para mí – desconocido para él…
yo, con la mente y el corazón ligero, él con un motivo - ¿imperecedero? – de felicidad…
regresamos a la selva, pero no a ésa en la cual vive él – una llena de palmeras artificiales y recuerdos construidos por rostros familiares – regresamos a la jungla donde día a día miles de mundos conviven en un mismo espacio y en un mismo tiempo – se codean, se observan entre ellos y de cuando en cuando una sonrisa ilumina alguno - …
transitamos las calles hasta llegar a su destino - ¿sería ese en realidad el destino que le pertenece? - él se despidió, yo caminé hasta la esquina sintiéndome agobiada por la pestilencia de algunos humos de dudosa procedencia…
así nuestras miradas coincidieron nuevamente, él trepado en una carcacha publica, yo parada en una esquina esperando luz verde para poder avanzar…
así seguí mi camino, entre miradas acechantes y tatoo shops…
andando por el sendero de las heces fecales expuestas al aire libre, un camino ya cotidiano para mi…
terminé siendo como Amélie Poulain…
solo que sin ese amor puro e inocente, producto de la mera causalidad - ¿casualidad o destino? – o tal vez terminé siendo como Momo – como él dice -, conciliadora incansable de esta <<>>…
como sea, yo trepada en mi respectiva carcacha pública esperando llegar algún día a mi utopía parisina…
posted by mademoiselle roberge at 21:13
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